miércoles, 15 de enero de 2014

Teniendo una patente aumentas el valor del proyecto pero no siempre la patente te protege como crees.

A la hora de generar el valor de un proyecto, las patentes siempre son un tema recurrente.

Es obvio que al disponer de una patente tenemos cierta protección ante competidores sobre el desarrollo tecnológico o innovador de la empresa, pero en la mayoría de las ocasiones esta protección es menor de lo que creemos.

Una patente no genera una ley, una patente no es mas que la opinión "cualificada" de un equipo examinador de patentes que evalúa en función de información de la que dispone de la "novedad" de una invención o proceso innovador, por lo cual la posible vulneración de los supuestos derechos que otorga una patente solo se dirime frente a un magistrado que es el que finalmente sentenciará sobre si realmente se tenían unos derechos y si los mismos han sido vulnerados o no.

Si bien es cierto que una patente si genera un efecto disuasorio ante la aparición de competidores terceros, también lo es que estos competidores terceros en función de su magnitud empresarial pueden obviar la patente y competir abiertamente con lo mismo que creemos tener protegido con la patente hasta que la resolución de un juez decida quién tiene la razón.

En mi opinión, es positivo generar patentes y proteger el conocimiento a través de los derechos que supuestamente  otorgan, pero a la hora de buscar capital de terceros es siempre aconsejable ser muy realistas con el grado de protección legal que las mismas otorgan y sobre todo, tener provisionados una serie de gastos para posibles defensas jurídicas en caso de hipotéticas vulneraciones por parte de la competencia.

El valor de un proyecto no solo aumenta teniendo patentes registradas, aumenta siendo absoluto conocedor de los derechos y riesgos que las mismas conllevan.

Proceso de registro de una patente




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