Como decíamos mas atrás,
si tenemos un buen plan de negocio y no disponemos de un plan de financiación
lo que tenemos es un problema ya que sería una pena que nuestro proyecto,
siendo viable, acabara en el cajón del despacho y no hubiera recibido
financiación.
En nuestra experiencia la
mayoría de los proyectos (y así es como lo hemos hecho también nosotros) se han
financiado por una triple vía:
-
Financiación
por capital 50% (normalmente ampliación de capital)
-
Avales o
garantías reciprocas de la administración 20%
-
Apalancamiento
financiero 30% (préstamo bancario)
“siempre es mas barato devolver un préstamo con un interés
prefijado a un banco que tener toda la vida un inversor con un porcentaje concreto
de las acciones de tu empresa al que pagar dividendos”,
Por otro lado, el
banco, si has conseguido el 50% del capital que precisabas a través de una
ampliación de capital directa a la empresa y has conseguido también un aval de
la administración, “en teoría” no debería tener ningún problema en apalancar el
30% restante en forma de un crédito.
Al inversor
le puede atraer la idea de compartir el riesgo de su inversión ya que esto
llevaría implícito la revisión de la viabilidad del plan de negocio por
terceros con lo cual asentaría mas la sensación de seguridad de su inversión, y
para el emprendedor siempre será mejor ceder la mitad de las acciones previstas
ya que tanto el aval como el aplacamiento bancario no conllevan cesión de
acciones, lo entenderemos mas claramente con el siguiente gráfico:
Imaginemos que es un proyecto al
que a través de la realización del plan de negocio se ha asignado una valoración futura de 1 M
€ teniendo en cuenta que se cumplen todos los parámetros del plan, incluido lógicamente
la inversión que estamos buscando
Imaginemos también que la inversión
buscada son 500.000 €. Si un inversor por si solo realiza toda la inversión consecuentemente
capitaliza el solo todo el riesgo y
además le correspondería sobre la valoración realizada el 50% de las acciones
de la sociedad, con lo cual al emprendedor le quedaría el 50% restante,
mientras que si la inversión la realizamos de la siguiente manera: 50%
inversor, 20% aval, 30% apalancamiento bancario, al inversor le corresponderán
el 25% de las acciones, al emprendedor 75%, y el resto de capital prestado se
devuelve con los intereses y los plazos acordados.
Con este segundo modelo el
emprendedor mantiene una mayor proporción de las acciones, el inversor se
siente mas seguro al compartir el riesgo, y la empresa pagará en el futuro mas
dividendos al emprendedor y menos al inversor.
No solo es mas barato
devolver el dinero prestado que tener un accionista al que pagar cada año el
dividendo, sino que además, el banco nunca formará parte del consejo de
administración de la sociedad..
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